La dignidad en el trabajo en el sector de la seguridad privada

El trabajo es el hombre mismo en su cuerpo y en su espíritu.

 

Quien presta un trabajo, decía Sinzheimer, no entrega un objeto patrimonial, sino que se da a sí mismo: el trabajo es el hombre mismo en su cuerpo y en su espíritu.

Cuando un trabajador de la seguridad se pone el uniforme o el traje y comienza su servicio ¿pierde los derechos constitucionales que tiene como ciudadano?: honor, intimidad, libertad de expresión, etc.

No, no los pierde y el empleador debe velar porque se respete la dignidad del empleado en el puesto de trabajo, a la vez que el trabajador debe saber que la firma de su contrato supone una limitación de sus derechos en el ámbito de la empresa y la asunción de unas obligaciones.

El contrato y las normas laborales, fijan las obligaciones y derechos de una persona que presta un trabajo. Esas normas buscan y no siempre encuentran un equilibrio entre la preservación de los derechos, con fenómenos como el acoso laboral, el llamado mobbing  (proviene del inglés to mob: perseguir, atropellar) y los derechos del trabajador, lo que llamamos dignidad en el trabajo.

Pero yendo un paso más allá, la dignidad no solo está en el hecho de que exista un equilibrio de derechos y obligaciones, se trata de un conjunto de variables que logren que la persona tenga la oportunidad de llevar una vida digna, objetivo moral de cualquier sociedad.

Entre la variables que están minando seriamente la dignidad de las personas que trabajan  en seguridad privada, están los inherentes a este trabajo con son la turnicidad , nocturnidad, horarios más largos de lo deseable para que las personas puedan desarrollar una vida digna, horarios festivos no compensados y libranzas aleatorias no coincidentes con el entorno social habitual, el trabajar en numerosas ocasiones con personas en exclusión social, enfermedades graves y contagiosas (SIDA, Hepatitis..) o con condiciones higiénico sanitarias limite (eccemas, pústulas, alcoholismo, drogadicción, higiene deficiente, etc.)  enfermos mentales de toda índole diagnosticados o no, más o menos violentos verbal o físicamente y la prestación de servicios en lugares peligrosos e insalubres.

Entre las no inherentes al puesto, están los bajos salarios, el excesivo número de horas de los trabajadores, la inadecuada planificación de cuadrantes y turnos y la falta de un apoyo solvente y continuo desde su empresa, que genera una desconexión del trabajador con los objetivos comunes y el necesario apoyo a su acción.

También habría que señalar lo que yo llamo CPV o Circulo de Presión Variable, es un circulo que sufren todos los empleados que prestan servicios a terceros, y que deben satisfacer las expectativas de su empresa, del cliente de su empresa, a veces también de los empleados del cliente de su empresa, de los clientes y publico relacionados con el cliente en el que presta sus servicios y en algunas ocasiones de algún actor externo, todo ello sin dejar de cumplir su obligación, que en seguridad numerosas veces entraña el enfrentamiento físico o verbal con personas conflictivas.

cpv

Quien presta un trabajo, no debe prestar su espíritu más allá de su voluntad y libre albedrio, reconocido por lo demás en nuestra constitución.

Ya en el Siglo XVII Calderón de la Barca fijando unos límites entre la entrega de lo material y lo inmaterial o espiritual decía : “Al Rey (por patria) la hacienda y hasta la propia vida se ha de dar, pero el honor es patrimonio del alma y alma solo es de Dios”

Por ello en el trabajo en seguridad, tan jerarquizado, tan vertical y tan atado a normas y actores, todos ellos objeto de protección en sus derechos fundamentales, para lograr la dignidad del trabajador y también del empleador, mando superior o intermedio existen algunas barreras que no deben superarse:

  • La subordinación no debe ser sumisión
  • La disciplina en el trabajo debe ser orden, método y observancia, pero no látigo ni castigo.
  • El sacrificio y la abnegación por el trabajo, deben ser excepcionales y en pro del bien común, y no el resultado de la falta de planificación o la discriminación.
  • Las obligaciones deben encontrar un equilibrio con los derechos.
  • El trato entre iguales y superiores jerárquicos debe basarse en la educación, las buenas formas, la trasparencia y el respeto.

Pero, ante todo, el desarrollo de esta/s profesión/es no debe romper el circulo vital de las personas que en él se desempeñan, entendiendo por esto, la posibilidad de participar en la vida social y familiar, contar con tiempo suficiente para el ocio, la salud y el necesario descanso.

¿O creen que es un objetivo ya logrado?